Ya llevo años dándole vueltas a una idea que considero clave para el futuro desarrollo de la labor minera y otras actividades humanas de riesgo donde sustituir la labor personal por una máquina no solo es económica si no que es necesaria desde la óptica de la seguridad y la salud en el trabajo, esta idea es la del control autónomo.
La clave para entender este nuevo sistema de control y que diferencia hay con el control automático es la diferenciación entre los datos estructurados y los datos no estructurados.
Los datos estructurados son aquellos que tienen un formato predefinido, es decir son valores simples o agrupados cuyo significado se entiende en cada momento, pueden ser por ejemplo, valores de tensión eléctrica, presión, temperatura o una agrupación de estos en el tiempo o en el espacio.
Los datos no estructurados se caracterizan por carecer de un significado a priori más allá de una lectura dada de un sensor dado, son datos no estructurados el audio, la fotografía, el video y todas sus variantes.
Para el proceso de datos no estructurados se utilizan eminentemente las redes neuronales que son un algoritmo del campo del aprendizaje automático que es una disciplina del área de la inteligencia artificial.
Yo entiendo por control autónomo como aquel proceso de automatización de las labores industriales y mineras que utiliza el proceso de datos no estructurados para automatizar las labores productivas y que se lleva a cabo empleando principalmente redes neuronales.
Se contrapone con el control automático que utiliza eminentemente datos estructurados y se caracteriza por emplear algoritmos de control como el PID.
La diferencia clave entre los sistemas de control automático y los sistemas de control autónomo es que los segundos requieren normalmente sistemas de computación de alta capacidad y rendimiento para poder procesar grandes volúmentes de información empleando modelos de aprendizaje automático que pueden llegar a ser muy grandes y requerir por ello muchos recursos.
Tal como lo veo yo, haciendo un paralelismo con las funciones cerebrales es que el control automático es equivalente al tronco encefálico que controla por ejemplo los latidos del corazón y por otra parte el control autónomo sería el equivalente a la corteza cerebral responsable de los sentidos del oido y de la vista.
La cualidad de estas tecnologías es que permiten la robotización de la maquinaria minera y a diferencia de la robotización automática, la robotización autónoma se caracteriza porque las máqinas se programan para ser conscientes de aquello que acontece en su entorno pudiendo escapar de las jaulas y ponerse a trabajar mano a mano con los operarios de carne y hueso.
Así pues ya llevo unos cuantos años trabajando sobre estas ideas y con estas tecnologías para poder hacer del control autónomo una realidad tecnológica que mejore las condiciones de trabajo y la productividad de las labores mineras e industriales. Por lo que quedo a vuestra disposición para todo lo relativo a estos nuevos despliegues tecnológicos.